UN GOBIERNO INDIFERENTE A LA INSEGURIDAD

Armando Rodríguez

En mi condición de Director de la Comisión de Seguridad de la Confederación Española de Comercio (CEC), de la Confederación del Comercio Especializado de Madrid  (COCEM), y Secretario General del Gremio de Joyeros, Plateros y Relojeros de Madrid  le pregunto, en nombre de tantos empresarios que nos lo demandan, si tiene Vd alguna voluntad de impedir la ruina de más comerciantes españoles como consecuencia de ser insistentemente atracados y robados, o si por el contrario, Vd es partidario de que, además de la situación económica por la que atraviesan las pequeñas empresas españolas, sin horizontes y planes de solución, sean castigadas un poco más por la indiferencia con la que su gobierno aborda la inseguridad.

Hemos pedido desde todos los foros y desde hace años, que impida la habitualidad y reincidencia delictiva y su Gobierno no quiere evitarla; sepa que bastaría modificar un solo artículo de la Ley de Enjuiciamiento Criminal para conseguirlo y que no veamos, como ahora ocurre, que las mismas 60 personas hayan sido detenidas 3500 veces por las Fuerzas de Seguridad porque la norma que no quieren cambiar les deja en libertad condicional a la espera de juicio. Imagino que conocerá que la Policía de Rumanía califica a nuestro país como el “País de las Oportunidades” delictivas. Les hemos ofrecido todo el apoyo para evitar que los delincuentes de muchos países del mundo elijan el nuestro como destino ideal para cometer sus fechorías, y Vd ni siquiera hace una propuesta para que esto no suceda. Todo lo contrario; la escasa o nula información que desde el  Ministerio del Interior se ofrece a pesar de los requerimientos formulados, manifiesta su satisfacción porque siempre detecta un descenso de la criminalidad. A los únicos que les sube la criminalidad es a los ciudadanos y comerciantes. Sr. Presidente, ¿sabe a quien no puede confundir con datos y estadísticas a medida?; a los afectados que sufren a diario las consecuencias de su pasividad y falta de preocupación por sus verdaderos problemas, que tienen que cerrar sus negocios abandonados a su suerte. Yo no creo que su Gobierno sea ineficaz en esta materia, pues la ineficacia supone una actividad que no da los resultados esperados; creo que su Gobierno es dolosamente indiferente al sufrimiento y a la ruina de los comerciantes. Y, por favor, no mencione como solución la reforma del Código Penal que está a punto de aprobar, pues lejos de serlo, representa una burla  a  las necesidades ciudadanas. Se pone serio con rateros de tercera y deja campar a sus anchas a peligrosos delincuentes patrimoniales, como hasta ahora. Vd está pidiendo un esfuerzo económico a todos los españoles, vía impuestos, para superar la crisis económica. No parece injusto que, sin pedirle dinero, y en compensación, estuviera dispuesto a cumplir con su obligación de velar por un servicio público eficaz cambiando un solo artículo, o en su caso, y con gran coste, poniendo en marcha el Plan I, de inseguridad, para paliar los devastadores e injustos efectos que produce, respondiendo patrimonialmente por no evitar lo evitable. Tampoco creo que conozca que en el día de ayer otro comerciante de joyería de Leganés ha sido esquilmado y arruinado, tanto patrimonial, como moralmente. Sólo se consuelan viendo como asesinos y peligrosos delincuentes, tristemente famosos y mediáticos, también se benefician de la libertad condicional que les ofrece la legislación que Vd se resiste a modificar. Pongo a su disposición sus datos personales por si considera oportuno explicarles directamente su proyecto de futuro en esta materia y para que les haga comprender que merece la pena su esfuerzo en beneficio común. Sr. Presidente, Vd tiene la obligación de actuar dignificando a su país, a sus trabajadores y empresarios, pues depende de su exclusiva voluntad y es de su exclusiva responsabilidad la solución del problema. Vd puede hacerlo cuando quiera, si quiere.