Materiales de origen orgánico utilizados en joyería
Por Alberto Fidalgo de las Heras, Gemólogo, Ingeniero Industrial y Profesor del Centro de Estudios Joyeros de Madrid.
Dentro de la definición de gema (sustancia de origen mineral o biológico que presenta las cualidades de durabilidad, belleza y rareza) están representadas tanto las gemas de origen mineral, que son la gran mayoría, como las de origen orgánico, una pequeña minoría que nos van a ocupar las siguientes líneas. Como gemas orgánicas tenemos Azabache, Ámbar, Coral, Concha de Tortuga, Marfil y Perlas, pudiendo diferenciar entre ellas las de origen vegetal (Ámbar y Azabache) y las de origen animal (Perlas, Coral, Marfil, Concha de Tortuga).
Las perlas son con diferencia la gema de origen orgánico más utilizada en joyería, considerándose como cuerpos nacarados encontrados dentro de algunas especies de moluscos, tanto univalvos como bivalvos, que viven en agua salada o dulce y aunque la teoría dice que cualquier molusco puede producir una perla, la realidad nos indica que sólo unos pocos son capaces de producirlas con la suficiente calidad para ser montadas en joyería. Tradicionalmente las especies de agua salada son los productores de las perlas más apreciados, aunque en los últimos años hemos visto que las perlas de agua dulce han experimentado un incremento notable en su calidad y por tanto en su utilización en joyería. El azabache por su parte es un carbón fósil, siendo una variedad de lignito de grano muy fino y compacto, lo que dicho de forma sencilla sería un residuo de madera fosilizada. Posee un color negro característico muy brillante al pulirlo (brillo graso), esto hace que se confunda con piedras como el ónix pero su bajísimo peso especifico (1,30) marca rápidamente la diferencia. También puede ser imitado con plástico y vidrio. El Azabache de más calidad se encuentra en Asturias y en Whitby (Inglaterra) aunque también existen yacimientos en Rusia y EEUU. Como característica diferencial además de su bajo peso especifico tenemos su “raya” , esto significa que al frotar el Azabache contra una lima este desprenderá un polvo negro, mientras que sus imitaciones no lo harán por muy negro que sea su color. El Ámbar es por definición una resina de origen vegetal fosilizada. Existe una discrepancia entre los expertos si a esa definición habría que añadirle que debe contener ácido succínico en su composición ,como lo hace el Ámbar del Báltico que posee este ácido en una proporción de un 3 a un 8%, considerándole como el de más calidad. A día de hoy separaremos el Ámbar en Succinitas si posee ácido Succinico y Retinitas sino lo posee. El ámbar tiene un típico color amarillo aunque también anaranjado, pardo, rojizo, verdoso, azulado y blanco lechoso. Como el Azabache, su peso especifico es muy bajo, alrededor de 1,08 por lo que flotaría en agua salada. El Ámbar se imita de distintas formas, resina copal (resinas mucho más modernas y no fosilizadas como el ámbar), ámbar reconstruido o ámbroide (los trozos de ámbar no aptos inicialmente son licuados y solidificados obteniendo como resultado piezas de buena calidad), también tenemos ámbar mixto (mezcla de ámbar natural y productos plásticos) y por último el ámbar sintético o Bakelita. Los principales yacimientos son los Países Bálticos, Rep. Dominicana, Birmania, Rumania, Sicilia y Rusia. Y por último hablaremos del Coral cuya definición sería esqueleto calcáreo de un celentorio octocolario perteneciente a la familia de las gorgonaceas, dicho de manera más sencilla, el esqueleto de carbonato cálcico que forman unos seres vivos, los pólipos, a modo de columna vertebral con el fin de sostenerse. Además posee en su composición magnesio, hierro y materia orgánica que es la responsable del color. Los corales pueden ir desde el rojo fuerte (sangre de toro) al rojo, anaranjado, rosa, rosa claro, blanco, siendo el rosa pálido la variedad más apreciada llamada piel de ángel. Actualmente el mercado está repleto de imitaciones de Coral, por un lado los Corales “reconstituidos” formados a partir de polvo de Coral y resina, sustancias plásticas y resinas. Normalmente lo vamos a diferenciar gracias a la prueba del clorhídrico, ya que el coral al ser un carbonato es efervescente en dicho medio, y la tinción la descubriremos frotándolo con disolvente orgánico tipo éter. Podremos encontrar Coral en el mar Mediterráneo, Hawái, África del Sur, Golfo de Guinea, aunque su comercio actual está muy vigilado y las cuotas de extracción son muy pequeñas.
Foto: Broche de coral de Isidoro Hernández
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