El Gremio es custodio de la llave de plata sobredorada que cierra la urna de San Isidro Labrador y cuando el arzobispado quería hacer uso de ella, debía pedírsela protocolariamente al Gremio de Joyeros, Plateros y Relojeros de Madrid.

Gracias a un importante legado que recibió la Congregación en 1763 de Miguel Mateo Marcilla, criado de la Reina, se encargó al famoso escultor Juan Pascual de Mena una nueva estatua del Santo, que se veneró en la fiesta del 25 de junio de 1764 y que se conserva actualmente en la iglesia parroquial de San José.